Ovacionan a mujeres que cantaron ‘Un violador en tu camino’ dentro de la FIL
Realizan el performance “Un violador en tu camino” en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.
Fuente La Jornada
Guadalajara, Jal., Unos 250 jóvenes integrantes de la Federación de Estudiantes Universitarias (FEU) de Jalisco se reunieron alrededor de las 18 horas de ayer en las afueras de la Expo Guadalajara, donde se desarrolla la Feria Internacional del Libro (FIL) de la capital jalisciense para montar el performance Un violador en tu camino, creado por el colectivo chileno Las Tesis, símbolo del actual movimiento feminista.
Más tarde dentro del recinto ferial, grupos feministas locales realizaron una actividad similar a la que se sumaron estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG)quienes cambiaron la letra para gritar: ‘‘El macho violador también es profesor.” Los asistentes a la FIL dieron un fuerte aplauso a las chicas que se mantuvieron en un cerco resguardado por los jóvenes que controlan al público en la feria.
Las modificaciones a la letra de Un violador… culparon a la UdeG, a los profesores, al rector y a los curas del estado patriarcal que impera en la ciudad y en las escuelas.
‘‘Los jueces, la UdeG, los curas, el rector, el estado opresor es un macho violador…”, corearon cientos de mujeres de los colectivos feministas.
Al terminar el performance, el grupo rompió el cerco y se fue coreando consignas por los pasillos rumbo al módulo de la Universidad de Guanajuato, donde les informaron que estaba el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva, a quien no encontraron.
‘‘Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente” y ‘‘Fuera acosadores de la UdeG” eran los coros durante la improvisada marcha dentro de la feria.
Afuera con pañuelos verdes y camisetas con la leyenda ‘‘El estado no me cuida, me cuidan mis amigas”, las chicas y algunas niñas, de manera organizada, participaban. Decenas de visitantes se detenían unos minutos para a acompañarlas.
‘‘Llevamos meses, años de lucha, no estamos comenzando”, aclaró una de las estudiantes, quien después del performance se unió a sus compañeras que continuaron unos minutos más con consignas como: ‘‘No se va a caer, lo vamos a tumbar”, ‘‘vivas se las llevaron, vivas las queremos”, ‘‘Yo sí te creo”.
Algunas participantes portaban pancartas en las que se leía su petición de justicia en el caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa: ‘‘Me duelen los 43, igual que me duelen las muertas de Juárez”.
‘‘No son muertas, son asesinadas”, continuaron gritando las jóvenes, antes de pedir un minuto de silencio por tantas mujeres desaparecidas. Una chica que portaba el cartel con el cual se busca a Dulce Angélica Vázquez, de 32 años, no pudo evitar derramar lágrimas.
En lo que va del año, en Jalisco han sido asesinadas 231 mujeres, de ellas 127 por arma de fuego, 35 por estrangulamiento, 45 por golpes y 24 por arma punzocortante.
Hay 71 casos de mujeres muertas cuyas causas no han sido determinadas aún debido al estado en que fueron encontrados sus restos; sin embargo, las autoridades no han reconocido más de 30 feminicidios. En el mismo periodo del primero de enero al 6 de diciembre del año pasado, el número de asesinadas era de 202, pero no quedó pendiente de investigar ni un solo crimen.
Discurso claro y firme
Desde mediados de año se han realizado en Guadalajara varias manifestaciones feministas a la par de las movilizaciones nacionales e internacionales; en octubre una logró reunir a miles de mujeres y se convirtió en la más numerosa en varios años, fue custodiada por sus propias integrantes para impedir la entrada de provocadores o de hombres.
Algunos escritores y editores chilenos que participan en la FIL expresaron a La Jornada que no acudieron al máximo encuentro editorial de América Latina exclusivamente para hablar de literatura.
Están unidos para ofrecer a colegas y lectores un discurso claro y firme: su denuncia contra la violación de los derechos humanos en su país.
‘‘Usamos la FIL para hablar de eso también porque el movimiento social que ocurre en Chile tiene que ver con un cambio cultural”, afirmó la escritora Alejandra Costamagna, autora de la novela El sistema del tacto, con el que fue finalista del premio Anagrama.
Añadió: ‘‘más allá de las violencias que se reproducen en la región, en Chile vemos que abrimos los ojos y nos están cegando. Esa violencia del Estado de quitarnos la vista es muy simbólica porque a estas alturas del siglo no podemos permitir que se repita la impunidad”.
Respecto de Un violador…, del colectivo chileno Las Tesis, consideró la escritora que ‘‘ha tenido un impacto internacional porque la letra rescata algo que sucede en todo el mundo: señalar al Estado, a la justicia, es algo lamentable, pero esa voz colectivizada, cantando todas al unísono, nos hace mucho más fuertes y nos da cabida en espacios acaparados por el patriarcado y masculinizados, también bastante, en este mundo del libro. ‘‘Si no fuera por la fuerza de este movimiento en esta nueva oleada feminista, muchas de las protestas ocurridas en Chile no habrían tenido fuerza, porque el movimiento feminista ha planteado cambios estructurales de pensamiento, de paradigma.
‘‘Se trata de pensar en el neoliberalismo y su estrecho vínculo con el patriarcado, es lo que ha antecedido al movimiento que hoy se ha extendido a distintas demandas y sectores.”
Las escritoras chilenas portaban una camiseta negra con el mensaje: ‘‘Hasta que la dignidad se haga costumbre”, una de las frases icónicas de la insurrección social en Chile, que se escucha en las protestas al igual que otra que dice: ‘‘No son 30 pesos, son 30 años”, que se refiere, explica Costamagna, ‘‘a que son ya tres décadas de la instalación del modelo neoliberal implantado por Pinochet y profundizado por los gobiernos posdictadura.
‘‘Esa frase engloba todo el sentido ético y de recuperación de la dignidad que está detrás del movimiento”, concluyó.
Al término de la marcha, por los pasillos interiores del recinto ferial, algunas manifestantes realizaron otra protesta en la explanada: quemaron ejemplares de libros de ‘‘terapia de reconversión sexual” (para que dejes de ser homosexual), que habían tomado de algunos módulos y que estaban a la venta en la FIL.